La Aromaterapia es una disciplina terapéutica que aprovecha las propiedades de los aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas, para restablecer el equilibrio y armonía del cuerpo y de la mente para beneficio de nuestra salud y belleza.
“La esencia es a la planta como el alma es al ser humano”.
Dietrich Gumbel.
“La fuerza vital de una planta es algo que no se puede ver ni tocar pero está contenida en su aceite esencial”
“La aromaterapia es una manera muy eficaz de mantenerse sano y se debe utilizar como un tratamiento preventivo, igual que los chinos utilizaban la acupuntura hace siglos”
- Price.
La aromaterapia se está poniendo de moda, pero no es solo una nueva tendencia. En Europa, donde se practica desde hace 100 años, es ejercida por muchos profesionales de la salud. Se enseña a los estudiantes de medicina en Francia y ya se emplea en hospitales. Cuando oímos hablar por primera vez de aromaterapia, se piensa en fragancias, perfumes y un mundo seductor de la imaginación, magia, fantasía… Pero la aromaterapia consiste fundamentalmente en la utilización de aceites esenciales para curar.
Los aceites esenciales son sustancias volátiles; extractos vegetales altamente concentrados que contienen hormonas, vitaminas, antibióticos y antisépticos. En cierta forma, los aceites esenciales representan el espíritu, el alma, de las plantas. Son la forma más concentrada de energía herbaria. Muchas plantas producen aceites esenciales, que también son responsables de la fragancia de las mismas.
Son utilizados en cosméticos y farmacopea, así como en perfumería. Su campo de acción es bastante amplio: desde la profunda acción terapéutica a la extrema sutileza de sus perfumes genuinos.
Los aceites esenciales pueden ser administrados internamente en su forma pura o diluidos en alcohol, mezclados con miel o en preparaciones médicas. Se usan asimismo externamente en masajes o inhalaciones. También son ingredientes de numerosos cosméticos y perfumes. Pueden tener efectos puramente alopáticos (en el sentido que pueden actuar como medicinas convencionales) o efectos psíquicos más sutiles como las flores de Bach o las preparaciones homeopáticas. Además tienen efectos psicológicos y espirituales, que constituyen su uso más tradicional. Por otra parte, son poderosos antisépticos y antibióticos sin efectos colaterales dañinos para el organismo. En muchos casos, la aromaterapia es una excelente alternativa a terapias más agresivas.
Los aceites esenciales son la “quintaesencia” de los alquimistas. Condensan las partes espirituales y vitales de la planta en una forma material. Por lo tanto, actúan a nivel biológico para fortalecer las defensas naturales del organismo y son el medio de una comunicación directa humano-planta en un plano energético y espiritual.
La aromaterapia puede usarse en muchos niveles diferentes. Los aceites esenciales son materiales extremadamente versátiles, son simultáneamente medicamentos y fragancias, pueden curar los males físicos y alcanzar la profundidad de nuestras almas.
Sin embargo, antes de que siga usted leyendo este libro, debemos hacer una advertencia: una vez que entre usted al mundo de las esencias estará expuesto a una de las más deliciosas e inofensivas formas de adicción. Lo más probable es que quiera saber más y más sobre estas increíbles sustancias y el arte de sanar con ellas. Si se permite ser tocado, descubrirá un mundo nuevo que en realidad es muy viejo, un mundo que se explora desde la punta de la nariz hasta el centro del cerebro, un mundo de sutiles sorpresas y delicioso éxtasis.
LOS ACEITES ESENCIALES
El término “esencial” fue acuñado por Paracelso. Como doctor sabía de las propiedades curativas de las plantas, decía que las plantas le hablaban y le comunicaban sus propiedades; como alquimista vio la posibilidad de extraer su “quintaesencia”, el espíritu divino contenido en ellas. Su idea es que tanto el ser humano como las plantas son una mezcla de espíritu y materia, que a través de las esencias el ser humano no entraría solo en contacto con la parte física de la planta, también con su parte espiritual y así la sanación sería completa.
Los aceites esenciales son exhalados por las flores, las plantas y cientos árboles aromáticos y se pueden encontrar en las raíces, el tronco, la corteza, los frutos, las semillas, las hojas o en la flor.
Se elaboran en el citoplasma de la célula vegetal. La síntesis y acumulación del aceite esencial está situada frecuentemente en la proximidad de la superficie de la planta.
Según las especies vegetales estas formaciones están en las células esenciales, pelos secretores, bolsas secretoras y canales secretores.
Son materias vivas y representan la energía vital del vegetal. Este potencial de energía es una condensación de las energías del sol, captadas y transformadas por las plantas a través de un proceso alquímico inimitable e irremplazable.
En los órganos de las plantas donde predomina el desarrollo clorofílico se forman, cuando la asimilación es activo, alcoholes terpénicos, los cuales dan los ésteres por acción de los ácidos o los terpeno por separación del agua. Cuando la asimilación es suprimida por la energía respiratoria, los alcoholes se oxidan y forman cetonas y aldehídos.
Los productos químicos son substancias muertas, por lo tanto peligrosas y perturbadoras de los sistemas metabólicos naturales vitales, ya que se acumulan y actúan en sinergia. Con su presencia, el suelo, las plantas, los animales y el ser humano se desvitalizan.
Por el contrario, los aceites esenciales son productos naturales que, utilizados con fines preventivos, curativos o de bienestar, favorecen una profunda revitalización del organismo.
Pero, lamentablemente, y por múltiples razones, nos es fácil producir verdaderos aceites esenciales de alta calidad. Las dificultades vienen sobre todo de la dificultad de encontrar plantas sanas, porque la recolección de plantas salvajes requiere una gran cantidad de trabajo, porque los cultivos orgánicos son todavía escasos y porque las técnicas adecuadas de destilación no son siempre respetadas.
Hoy en día la utilización de los aceites esenciales con fines medicinales o higiénicos ya no puede obviar los avances en ciencias botánicas, químicas y biológicas y fundamentarse obviando cualquier tipo de mística. Muchas veces son recetadas sin tener en cuenta las realidades botánicas y las grandes diferencias de composición entre variedades de una misma especie. Una aromaterapia científica digna de este nombre, para ser creíble y poder reproducir resultados debe fundamentarse sobre conocimientos botánicos precisos, cuya ausencia abre la puerta a todos los errores y charlatanerías.
COMPOSICIÓN DE LOS ACEITE ESENCIALES.
Un aceite esencial puede componerse de muchas sustancias aisladas. En el caso de los extraídos de las flores son mucho más complejas llegando a tener hasta 1000 componentes. En el caso de los extraídos de las hojas pueden contar con solo uno.
Las esencias de las plantas son estructuras químicamente muy complejas. Utilizando la energía obtenida de la luz del sol, la planta combina los elementos químicos que encuentra en el aire, el suelo y el agua alrededor, como carbono, el oxígeno y el hidrogeno y a partir de estos átomos construye cientos de compuestos químicos diferentes. Estos compuestos químicos se agrupan en ocho categorías principales:
- Ácidos
- Alcoholes (linalol, geraniol, santalol, cinámico, cumínico, nerol y terpineol).
- Aldehídos
- Cetonas
- Esteres
- Fenoles
- Sesquiterpenos
- Terpenos
Aunque muchos de los constituyentes químicos aparecen en más de una esencia, es la combinación particular de compuestos químicos que aparece en cada planta lo que le da su perfume característico y sus propiedades terapéuticas.
Algunos de los constituyentes de las esencias de las plantas son aislados por los farmacéuticos, que buscan un solo “ingrediente activo” para tratar un solo síntoma.
El compuesto químico puede utilizarse tal cual, o copiarse (sintetizarse) en el laboratorio, pero estos compuestos químicos aislados nunca son tan efectivos, ni carentes de riesgos al utilizarlos solos, como cuando se hallan combinados en la planta de modo natural.
La combinación de compuestos químicos actúa sinérgicamente, impidiendo así efectos laterales indeseables. Incluso cuando una esencia contiene de un 80 a 90 por 100 de un solo compuesto químico puede tener una docena o más de otros constituyentes, algunos presentes tan solo al estado de trazas, y estos equilibran y moderan el efecto del constituyente principal. Esta es la razón por la que los efectos laterales resultan tan raros en aromaterapia y de hecho en toda la medicina con plantas en general.
3 comentarios en «¿Qué son los aceites esenciales?»
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